“Para entender el futuro, hemos de entender el pasado.”

Winston Churchill

La vida no se trata de nosotros. Se trata de Dios; su plan, su reino y su gloria. Esta es la razón por lo cual las primeras cuatro palabras de la Biblia pueden ser las palabras más importantes:

“En el principio Dios … “ Lo cambian todo, desde la forma de pensar acerca de su identidad, su significado y su propósito. Es maravilloso reconocer que Dios no solamente puede conocer nuestro presente, sino también nuestro pasado y nuestro futuro inmediato o mediato. El salmo 139 es una exposición de lo que es nuestra vida. Fue Dios quien nos vio cuando éramos un embrión en el vientre de nuestra madre y en un recorrido de nuestra existencia hasta cuándo vamos a morir, Dios es el Creador, Sustentador y Redentor de nosotros y de todo ser humano.

En los versos 1 al 3 el salmista declara: “Señor, tú me examinas, tu me conoces. Sabes cuando me siento y cuando me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento; mis trajines y mis descansos tu los conoces; todos mis caminos te son familiares. No me llega aún la palabra a mi lengua; cuando tú, Señor, ya la sabes toda.”

Posiblemente en el pasado no tuviste un conocimiento de Dios, por eso no tuvimos una relación y comunión con Él, pero ahora en el presente ya lo conocemos, hemos  experimentado su amor, su interés por nosotros, ahora nuestro presente es mejor porque Él está con nosotros en una relación y comunión perfecta de su parte. Nuestro futuro, nos es desconocido, solamente El lo conoce. Él está ahí y sabe todo lo que nosotros experimentaremos en el proceso de llegar. La verdad absoluta es que Él tiene el control.

Pidamos en oración y ruego que Dios “nos enseñe a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90).

Lee Salmo 139