En el libro de los Jueces capítulos 6 y 7 encontramos el relato de un hombre llamado Gedeon. Había una tribu muy grande llamada Madián, al pueblo se le conocía como madianitas, durante 7 años controlaron al pueblo de Israel, los aterrorizaron, hacían desmanes a sus cultivos y arruinaban sus cosechas o se las robaban, también mataban el ganado, otros pueblos enemigos hacían lo mismo en la tierra de Israel. Esto era consecuencia del castigo de Dios por su idolatría y por serle infiel.
En cierto tiempo Dios escuchó el clamor de los israelitas y buscó a un hombre que fuera su líder para salvarlos de la opresión de Madián. El ángel del Señor se le apareció a Gedeón y lo saludó diciéndole: —¡El Señor está contigo, guerrero valiente! Gedeón de inmediato se quejó respecto a la desgracia que sufrían y que Dios no había hecho nada por salvarlos de la opresión y la desgracia. El Señor le encaró y le dijo: —Ve con las fuerzas que tienes, salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía. Gedeon objetó, pidió evidencias que efectivamente era Dios y Dios se las concedió. Convencido de que Dios era quien le ordenaba, reunió un ejército de 32 mil hombres, Dios le dijo que eran demasiados porque después de la batalla se jactarían de que vencieron al enemigo por su fuerza sin la ayuda de Él. Así, el ejército fue disminuyendo hasta llegar a tener 300 hombres. Con la ayuda de Dios, la astucia de Gedeón y sus 300 soldados ganó la batalla a los madianitas, sus acérrimos enemigos.
Dios y tú son una multitud, tú puedes ganar tus batallas que la vida te presenta en el devenir del tiempo. Aunque para ti sea imposible de lograr, tu puedes hacerlo, porque Él es más poderoso, que el que está en el mundo (el príncipe de las tinieblas). Apóyate en esta promesa de Dios:
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”
Profeta Isaías 41:10
Lee el relato Jueces 7