A los niños también les es necesario la oración, porque este es un medio de bendición. La oración de sanidad es eficaz para ellos, para su protección y seguridad en la vida, pero es maravilloso bendecir a los niños para su presente y futuro.
Dice el apóstol y escritor Mateo que Jesús se fue de Galilea a la región de Judea, al otro lado del Río Jordán. Le siguieron grandes multitudes e iba Jesús sanando a los enfermos, predicó, enseñó sobre el matrimonio considerando que en esta relación el divorcio es inconveniente porque Dios lo planeó desde el principio como una relación de toda la vida. El divorcio, dijo Él es por la dureza del corazón del hombre y por eso el legislador Moisés lo escribió para ellos pero nunca es justificable por parte de Dios. En ese momento Jesús hace un paréntesis y recibió a un grupo de niños a los cuales de uno en uno les dio su bendición a pesar de la oposición de sus discípulos. A lo cual Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mi, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.”
¿Y cómo son los niños? En su primera infancia de 1 a 3 años, son muy tiernos, sinceros y cariñosos. De 3 a 6 años son ingeniosos y curiosos, muy sinceros, fieles y sujetos a obediencia. De 6 a 12 años, son sociables, responsables, si se les ayuda son magníficos estudiantes, saben discernir muy bien lo bueno de lo malo. Todos los niños les agrada considerar la vida espiritual, la enseñanza de la Biblia y el aspecto moral de la vida. No nos dicen los evangelios qué edad tenían los niños que fueron bendecidos por Jesús, considero que era una mezcla de edades. Lo importante fue su interés por ellos y por su bienestar. Y advirtió que aquellos que deseen entrar en su reino debe ser como los niños. Sinceros, de compromiso, fieles creyentes y comprometidos con Él. Necesario para ser parte de su reino nacer de nuevo por el poder del Espíritu Santo y recibir a Cristo como el único Salvador y Señor.