Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza.

Proverbios 24:10

Aflicción es un sentimiento de tristeza, angustia, amargura o pesar que puede ser temporal o por tiempo prolongado dependiendo de la situación y de cada persona que lo experimenta. La aflicción es una respuesta ante la pérdida de un ser querido. También por una relación quebrantada en quien se confiaba y se amaba. Por la pérdida de un trabajo. Por la persecución de nuestra fe en Cristo Jesús; por problemas difíciles como la escasez y también se experimenta la aflicción por el ser amado que está ausente.

Se puede experimentar la aflicción por prueba de fe por parte de nuestro Dios. Ninguno de nosotros como cristianos estamos exento de tener alguna experiencia de tristeza, amargura o aflicción somos frágiles humanos. Cuando lo experimentamos tenemos que pedir a nuestro Dios por medio de Cristo Jesús, fortaleza. El apóstol Pablo lo expresa: “… sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia, entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado” (a los Romanos 5:3-5). Esta es la forma de combatir la aflicción que nos llegue, tener confianza y esperanza en Dios quien tiene la solución que necesitamos; debemos tener paciencia y afianzar nuestra dependencia en el Señor. Cuando la aflicción es prueba de fe departe de Dios, debemos reconocer que somos débiles en ella y no lo hemos buscado a Él en oración para pedir que nos aumente la fe. Eso fue el caso de los discípulos de Jesús, quienes le pidieron: “Señor auméntanos la fe”. Teniendo más fe, nos ayudará afrontar las aflicciones cuando se presenten. Ora a Dios que aumente tu fortaleza de fe.

Lee Romanos 5:1-5